La lucha popular de masas ha de crear un contexto político que ponga en urgencia la unidad, y desarrollará la militancia y dirigencia nuevas, renovará las actuales; que podrán abordarla sin el peso muerto de las tradiciones y prácticas del pasado.
I.- EL PLANTEAMIENTO. –
La lucha popular de masas, continua y en grandes oleadas, con métodos apropiados a las circunstancias políticas imperantes, y hacía objetivos claros es la única que puede crear un contexto nuevo y apropiado para concretar la unidad de izquierda, tan necesaria, la que ha sido muchas veces experimentada, y tantas más colapsada.
La unidad debe ser practicada, y para eso hay que crear el contexto político y social que le de aliento.
Más que reclamar, y hacer declaraciones sobre la unidad, lo práctico, lo necesario es crear una situación que le sirva de contexto. Y esa situación es un ambiente general, de auge sostenido de grandes oleadas de masas por demandas políticas y sociales, que apunten a conquistar reivindicaciones inmediatas, y en su desarrollo, a echar abajo el régimen político y el modelo económico que lo sustenta.
Y así, abrir una época nueva en el país, de cambios avanzados, democráticos y progresistas en los ámbitos político, económico y cultural en general.
La unidad para desarrollar ese movimiento de masas es la clave. Esa es la urgencia. No es la constitución de un aparato altisonante de integración de siglas, práctica que ha mostrado su inviabilidad, y que hasta el momento ha sido un multiplicador de las divisiones.
Para esa unidad, que es para la acción; con criterios y propósitos políticos, baste constatar coincidencias, acordar discurso y métodos de lucha; y líneas de acción comunes.
La revolución dominicana, cual es nuestro objetivo, será continuación inmediata de las manifestaciones en olas continuas de las masas trabajadoras y otros sectores populares. Eso dice nuestra historia. Particularmente comprobada en la revolución de abril de 1965.
En República Dominicana, ni la guerrilla, ni ninguna otra forma de lucha militar, ha generado jamás condiciones para un salto revolucionario. Lo militar ha sido resultado necesario, una vez las manifestaciones de masas han creado esa necesidad para una nueva fase del proceso.
Esta es una cuestión esencial, sin cuyo entendimiento y asunción consciente, se le puede dar perspectiva revolucionaria a la lucha de las masas populares.