Por Yanibel Mesa
El cáncer de mama es una enfermedad que no solo afecta a la persona diagnosticada; impacta de manera directa a toda la familia, especialmente en los sectores populares donde la enfermedad se vive con menos recursos y más abandono. Cabe destacar que, a pesar de ser una enfermedad que ataca principalmente a las mujeres, no es exclusiva, pues hay muchos hombres padeciendo de este tipo de cáncer.
En República Dominicana, esta realidad no puede analizarse fuera del contexto político y económico en el que se desarrolla el cáncer: un modelo de salud privatizado, segmentado y desigual que convierte la enfermedad en mercancía. Detrás de cada caso hay una familia trabajadora que enfrenta sola una batalla que debería ser colectiva, sostenida por un Estado verdaderamente comprometido con el bienestar social.
Los seguros médicos, regidos por la lógica del mercado, continúan negando coberturas amplias para medicamentos y tratamientos oncológicos de alto costo. La mayoría de las familias deben endeudarse, interrumpir terapias o depender de colectas públicas para poder sobrevivir. Esta es una muestra clara de cómo el sistema político protege los intereses del capital antes que el derecho a la vida.
Mientras los gobiernos mantengan una política de salud pública debilitada, sin control sobre las ARS ni mecanismos efectivos para garantizar medicamentos gratuitos, miles de mujeres seguirán enfrentando la enfermedad como si fuera un castigo social.
El cáncer es una enfermedad que revela la urgencia de construir un sistema de salud público, universal y con enfoque humano. La salud no puede ser una mercancía sujeta a la capacidad de pago, sino un derecho garantizado por el Estado. Un gobierno con visión de justicia social debe priorizar la prevención, la atención integral y la salud mental de pacientes y familias. Octubre no debe ser solo un mes de campañas simbólicas, sino un llamado a la acción política: transformar las estructuras que perpetúan la desigualdad. Porque mientras la vida de una mujer dependa del dinero, no habrá equidad, ni justicia, ni verdadera salud para el pueblo.