Por Oscarina Martínez
Este 20 de junio celebramos 45 años del Partido Comunista del Trabajo (PCT). Y no es solo una fecha: es la historia de un partido que nació para estar con el pueblo. Es la historia de quienes nunca se vendieron, de quienes no bajaron la cabeza, de quienes siguen creyendo que el futuro es nuestro.
El PCT ha estado en las calles, en las huelgas, en los campamentos, en las universidades. Ha estado donde están las juventudes que luchan, donde están las mujeres que se organizan, donde están los barrios que no aguantan más. Desde hace 45 años nos mantenemos firmes en los mismos principios: el capitalismo no sirve, el pueblo merece más, y la revolución es el camino.
Nos enseñaron a no tener miedo a decir la verdad:
Que este sistema no tiene futuro para la juventud.
Que la democracia del poder es una farsa.
Que sin organización no hay cambio real.
Que luchar es nuestro derecho… y también nuestro deber.
Hoy, cuando el mundo arde entre guerras, crisis, represión y odio, cuando nos quieren callar con likes, deuda y represión, el PCT sigue de pie, con la frente en alto y el corazón rojo.
Porque no hemos olvidado a Palestina, a Haití, a los pueblos que resisten.
Porque no creemos en “reformas” que no cambian nada.
Porque no vinimos a administrar la miseria, vinimos a transformar la realidad.
Este aniversario es un grito:
A la juventud rebelde: organízate.
A la militancia: sigamos firmes.
Al pueblo: no estás solo.
45 años no son nostalgia, son fuerza. Son historia, pero también presente. Y sobre todo, futuro.
¡Viva el PCT!
¡Vivan las juventudes que luchan!
¡Viva la revolución!