Desde la Secretaría de Asuntos Internacionales del Frente Amplio expresamos nuestro enérgico rechazo a la inminente convalidación, por parte de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, de la condena judicial y la proscripción política de Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del Partido Justicialista.
Esta decisión, de carácter profundamente antidemocrático, constituye un intento de silenciar a una de las principales referentes del campo popular argentino y de impedir que el pueblo se exprese libremente en las urnas.
Detrás de este fallo se esconde una estrategia política diseñada para perpetuar el control de los sectores más oscuros del poder económico.
La criminalización de líderes populares, la persecución judicial, las campañas de difamación mediática y la represión sistemática a la protesta social son herramientas utilizadas por un gobierno que responde a los intereses de los grandes monopolios, los terratenientes y las élites financieras.
Este régimen necesita dividir, aislar y golpear a las organizaciones sociales, sindicales y políticas que se le oponen, para así sostener una política que empobrece a las mayorías y profundiza la desigualdad.
A través del hostigamiento a los sectores medios, el conservadurismo intenta imponer una cultura del miedo y del retroceso.
Sin embargo, frente a esta ofensiva neofascista, celebramos el auge de las movilizaciones populares en Argentina. Las grandes mayorías están dando una respuesta contundente en las calles, denunciando los atropellos del régimen, defendiendo sus derechos y exigiendo el fin de la persecución política, la recuperación de los logros democráticos y sociales, y un modelo de país basado en la justicia social y la soberanía popular.
Desde el Frente Amplio nos sumamos a las medidas conjuntas que impulsen las organizaciones democráticas para enfrentar este fallo infame.
Reafirmamos la necesidad de continuar la lucha popular en defensa de las libertades democráticas y por una Argentina más justa, libre y solidaria.