Por Ángel R. Veras Aybar
Se sabe que los gobiernos de Estados Unidos y de la Federación de Rusia están realizando intercambios o diálogos encaminados a dar término a la guerra que desde el 24 de febrero del 2022 desarrollan Rusia y Ucrania; pero los líderes de Reino Unido, Francia, Alemania y otros insisten en prolongar dicha guerra.
Lo que muchos creían que era una simple ayuda de las potencias occidentales hacia Ucrania y Zelenski, ocurre que no era así; sino la misma era una gran participación en diversos aspectos logísticos de la guerra. La última muestra de la acción de occidente lo constituye la perdida de varios oficiales y tropas en el ataque ruso a la ciudad de Sumy el pasado día 13 de abril. En la ocasión los rusos aprovecharon informaciones obtenidas sobre una reunión de tropas de la OTAN y soldados ucranianos.
Las acciones de insistencia en la guerra se evidencian también en las ayudas prometidas de los últimos días, tal es el caso del futuro canciller alemán el señor Joachim-Friedrich Martin Josef Merz; quien aunque será a partir del 6 de mayo que se investirá como Canciller ya bautizó el envió de misiles Taurus a Ucrania ; decisión esta que según el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, “…conducirá a una mayor escalada del conflicto y acusó al futuro canciller alemán, Friedrich Merz, de mantener una postura más dura en relación con la guerra”.
Para el señor Peskov es lamentable que esta postura se esté repitiendo en otros países europeos y al respecto señaló que, "Vemos posturas similares en otras capitales europeas. Por desgracia, no son propensos a buscar vías de salida hacia unas negociaciones para la paz, sino de seguir provocando la continuación de la guerra",
El futuro Canciller alemán se va muy lejos en su afán contra la Federación de Rusia y es así que llega a proponer el bombardeo contra el puente de Crimea y al respecto el señor Dimitri Medvedev le responde; que se atreva, pero que lo piense dos veces, acusándole de nazi y de vivir el sueño de sus antepasados. También “…advierte sobre un "trastorno bipolar" que lleva a varios líderes de la UE a intimidar y atacar a personas más poderosas sin considerar las repercusiones”.
Frente a ese afán de los alemanes, británicos y franceses surge la pregunta de, ¿Qué persiguen los poderes occidentales con la prolongación de la guerra? Las respuestas pueden ser diversas y sobresalen entre ellas las siguientes: a) Esa guerra la iniciaron los norteamericanos y europeos a partir del Golpe de Estado en Ucrania en el 2014; b) Tienen pretensiones de seguir expandiendo la OTAN y ejecutar un cerco contra Rusia; c) Aunque su socio de Norteamérica aparece tratando de mediar y poner fin a la guerra, los europeos insisten en mantenerla; d) Tienen interés en los grandes recursos naturales y en la importancia geopolítica de Ucrania; lo cual es algo codiciado por los británicos desde la década del 50 del siglo pasado y de otras potencias europeas; e) Temen a que Rusia gane la guerra y se envalentone con espíritu imperial y venga sobre ellos a cobrarle sus andanzas e irrespeto.
Mientras rusos y estadounidenses le busca la vuelta al asunto de la guerra; los europeos siguen creyendo que es posible revertir el avance ruso y todo indica que no podrán cumplir con sus deseos de ocupar una parte del territorio ucranio en una supuesta misión de garantía de la paz; toda vez que esos intentos de ocupación; son las causas que produjeron la acción militar emprendida por la Federación de Rusia y ante tal situación está claro que los rusos prefieren continuar con la guerra a firmar un cese el fuego que mantenga las causantes del conflicto en el mismo lugar.
Todo indica que los europeos se están quedando fuera del reparto y eso tiende a enfurecerlos, debido a que tal situación constituye una señal o expresión de su poca influencia en el conflicto; no obstante los grandes recursos aportados y la bulla universal realizada para impedir el triunfo de los rusos en la guerra.